Entrelazó los dedos con de sus manos con un movimiento que denotaba sutileza. Poco a poco fue deslizando con vehemencia hasta concretar la toma de sus manos. Se enjugó los labios y los acercó lentamente hacia el cuerpo de su compañero, seguía con la mirada los pequeños puntos negros que estaban distribuidos a lo largo de su cuello. Comenzó a contarlos. Llegó hasta el trece, quiso continuar, pero algo se lo impidió: – Perdí la cuenta- Dijo ella. Se arregló el pelo con un movimiento sutil de manos y comenzó de nuevo justo como la primera vez; hundió suavemente sus labios en la boca de él, fueron más de 5 segundos, se desprendió, tomo aire y después de arremeter con calma sobre su cuello, le mordió los labios. Creyó escuchar un pequeño quejido. - – Lo siento. – murmuró. Los dedos de ambos dejaron de entrelazarse, ella se colocó encima de él y una vez ahí comenzó a desnudarse con una sonrisa de complicidad. Deslizó la blusa por su t...