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Mostrando entradas de septiembre, 2012

El hombre de los nombres.

- ¿Esta es La jaula?-  Para su conveniencia el lugar estaba vacío, sólo costaba asegurarse que fuese el sitio adecuado, tomó una pequeña nota del bolsillo donde traía una breve descripción de la fachada del lugar.  la nota rezaba : "Lugar viejo de color azul, sin letreros en la parte de arriba. Primer bloque a la derecha, junto a la pastelería". - Sí, ¿Qué desea?- Contestó el encargado, mientras daba la espalda al mostrador situado en la parte delantera del establecimiento. Dio vuelta y se encontró a un hombre de tez morena y nariz aguileña, de un aspecto muy elegante. Llevaba un portafolio e iba ataviado con un traje sin corbata o moño.Su aspecto elegante contrastaba con el pálido y desgastado color azul del establecimiento y la indumentaria del  encargado. - Quiero un tatuaje- Dijo el hombre con mucha seguridad. La seguridad de aquel hombre no había extrañado al tatuador. En realidad era el aspecto de aquel tosco y agresivo el que le parecía no encajar en d

Recuerdo

Ricardo caminaba a paso acelerado por las calles de aquella ciudad un poco vieja y polvorienta, se detuvo en un puesto de periódicos  y se hurgó en los bolsillos, sacó un billete de 20 pesos y se lo dio al tendero.  Tomó uno de los diarios, y lo ojeó. Sonrió para si mismo y  continuó caminando.  Con destino fijado. El destino de aquel joven era Santa Mónica, un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, que tiempo  atrás había sido famoso por su vida alocada.  Las drogas, la cerveza y el sexo eran cosas habituales en aquel lugar.  Los habitantes de pueblos aledaños solían viajar a Santa Mónica simplemente para sumergirse en el poder del vicio. A decir verdad, poco de esto importaba ya, aquellos días gloriosos y no tan gloriosos habían pasado al olvido por los habitantes de aquel pequeño lugar; Santa Mónica se había convertido en un pueblo olvidado que fue hundiéndose poco a poco después de los acontecimientos violentos que se fueron suscitando. Ricardo lo sabía muy bien, ha

Las ventanas del alma.

Sentado en un interminable silencio propiciado por el pensamiento complejo que se utiliza al articular la palabra. Mientras ella piensa; tú piensas. Ambos piensan de maneras distintas... Ella se pierde entre la complejidad y lo complejo que puede ser descifrar lo que haz dicho. Tú en cambio te ves sumergido, añorando aquellos ojos avellana que tienes en frente. Dices que estás distraído y te escudas en una excusa para no quedar tan mal. La realidad es que esos ojos han  golpeado en tú alma y poco poco van haciendo estragos en ti. Intentas pensar en opciones nuevas para generar platica pero te ves incapaz. Es entonces cuando le hechas la culpa a una pésima noche en vela, en realidad no puedes, más bien  no quieres. pensar en otra cosa que no sean esos ojos que arrancan suspiros. Las ventanas del alma están tan cerca  y asustan, lo que puedes descubrir es tan impactante que reaccionas con miedo un miedo que paraliza, y aunque estás seguro que será lo más cercano que estarás de ellas

Amo

Amo cuando se enoja,  amo cuando ríe, amo cuando se aburre y amo cuando se duerne, amo cuando descansa y amo cuando se confunde... amo cuando se equivoca pero no por que se equivoque realmente, amo que se despiste, amo que ni se entere que le amo...