Te acuerdas de… Las maquinitas?

 Ayer mientras estaba acostado en la comodidad de mi hamaca, recordé  algunas etapas de cuando yo era niño y enseguida se me vino a la cabeza este tema: Las maquinitas. Ese espacio recreativo en el que muchos solíamos descargar nuestras más grandes frustraciones (en realidad no, pero había que darle un poco de dramatismo), esos lugares en donde muchos de nosotros nos sumergimos y que también era un buen lugar para socializar. Digo después de todo ¿Quién no ha disfrutado de un momento de diversión en lo que originalmente se llaman las arcadias?

Muchos de nosotros tuvimos la suerte de disfrutar de lo que se ofrecía en las tiendas de abarrotes,  y que aprovechábamos jugar con los  cambios de nuestros papás o con lo que “ahorrábamos”.   Y como olvidar las horas de diversión que nos ofrecían los juegos de video.

Y entre los tipos de máquinas con las que contaban las tiendas se encontraban las tipo arcadía. Estas en donde podíamos encontrar variados títulos como el famosísimo King Of Fighters, Los asombrosos juegos de disparos como Metal Slug, G.I. Joe , Aereo Fighters, otros juegos de pelea como  Mortal Kombat, Street Fighter,  Art Of Fighting  y otros como el Snow Bros, Neo Geo Cup 98’, Superside Kicks y un sinfín de etc. 

La característica principal de este tipo de maquinita es que no contabas con un límite de tiempo establecido, más que tú habilidad. En estas pasaban dos cosas:

Algunos personajes de KOF

O morías en tú intento por salvar al mundo, ser campeón del mundo, desarmar a una organización secreta, Vengar la muerte de tu padre. O vencías  y te quedabas a ver los épicos finales de estos juegos. 

Este sistema de juego, el de cuando mueres se acaba el juego y tú dinero, le agregaba un sabor distintivo a las arcadias,  permitiéndote probarte contra otros video jugadores (si era un juego de pelea) y también disfrutar de una buena aventura. En este tipo de máquina lo único que valía era tu habilidad.

 

Por otra parte estaban también las máquinas de tiempo. Esas que en realidad eran una consola de Super Nintendo o inclusive un Nintendo  y que poseían un mecanismo que cuando acabada el tiempo, alrededor de unos 6 ó 7 minutos (por lo que recuerdo),  los botones ya no funcionaban o  una mancha de color negro o morado empezaba a situarse en la pantalla y a correr de izquierda a derecha o de arriba hacia abajo. Lo mejor del último mecanismo era sentir la adrenalina correr por nuestras venas para:

   1.-Cambiar tu dinero por más fichas (monedas de 50c en ese entonces).

   2.- Buscar una en tu bolsa.

   3.-Depositarla  antes de que la pantalla se cerrase por completo.

Por aquellos tiempos los juegos que solían aparecer para las máquinas de tiempo eran variadísimos. Iban desde las aventuras, los beat ‘em ups, hasta inclusive deportes, y por supuesto  los disparos.

¿Alguien sabe cómo se llamaba ese juego?

Era simplemente increíble poder jugar el Super Star Soccer con los cuates, el Sunset Riders, Los Joe y Mac, Los bomberman, Los mortal kombat, Killer Instinct, Goof Troop (basado en la serie animada de Disney y que proporcionaba muy buenas horas de diversión), las versiones de Dragon Ball Z,  Double Dragon, NBA Jam, Top Gear, Power Rangers, Kirby Superstars, todas las versiones de Mario Bros (las lanzadas hasta el momento) y otro sinfín de juegos que podría pasarme mencionando (y de los cuales planeo hacer también un te acuerdas de) y que sin duda nos dieron muchísimas horas de diversión.

Como ven las cosas han cambiado mucho desde aquellas épocas cuando íbamos a las maquinitas, hoy en día es un poco más accesible tener una consola en casa o poseer una computadora con emuladores, pero el recuerdo de ir a una tienda o a una arcadia perdurará en la vida.

Porque sólo aquella mayoría que fue niño, puede saber lo que se siente recordar tener 5 pesos y no regresar a casa en varias horas. En esas épocas en las que las aventuras de Mario, la búsqueda de link, los disparos de Marco, Tarma, Eri y Fio, los hadokens de Ryu, los golpes de Kyo, lo deshonroso que era hacer un agarre o  simplemente los brazos de Goofy nos daban muchísimas horas de satisfacción y por supuesto, muy buenos amigos también.