Dos décadas de soñar, cuatro
lustros de descubrir, cinco cuatrienios de pensar, aproximadamente 630720000 segundos de
emociones, 10512000 horas de vivir. No exactamente en ese orden o que
exclusivamente se dedique a una u otra expresión, son un conjunto y convergen
al compás y vaivén de los problemas, las amistades, los amores y un sinfín
factores que afectan la vida del ser humano.
Son 20 años de aferrarme a la
tierra y trabajar con lo que tengo, cuatro lustros de buscar la paz
interior, de luchar contra los pocos o
muchos obstáculos de la vida. Cinco cuatrienios de cambios sociales, culturales
y económicos que me han afectado. 630720000 segundos en los que para bien o
para mal, he estado inmerso en un mundo de estructuras convencionalistas que
nunca comprenderé, pero al que debo adaptarme para seguir. 10512000 horas de respirar,
de latidos, de dolores, sufrimientos, alegrías, abrazos, besos y parece que
nunca entenderé algunas o muchas de las
acciones humanas.
Dos décadas de intentar
comprender al mal llamado sexo débil, de preguntarme por qués, de contestar
preguntas y de reformularlas; 20 años en los que he pasado por algunas
adicciones, pero ninguna más fuerte que el vivir.
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