La música ese arte que nos remite a distintos significados dentro de la vida, que nos recuerda el amor, el desamor, el odio, el rencor, los buenos momentos, los malos momentos, las personas importantes y todo eso que marca de alguna forma nuestra vida.
Entre esta discusión de música, entramos a los géneros del rock y el pop cómo los más escuchados, también están el ska, el punk, el reggae, el reggaetón, el jazz, el blues, el metal y demás géneros que nunca acabaría por describir las características de estos. Pero ante la variedad de gustos y de géneros musicales viene una discusión acerca de cuál o cuáles, son considerados música y cuales, según sus opositores, basura. Nos encontramos así ante una gama de sonidos, ritmos, ideologías, estilos de vida y formas de apreciar y de vivir la música misma.
Esta variación en cuanto a géneros y la diversidad de gente que los escucha provoca a menudo una discusión entre los amantes a la música, que si el metal es mejor que el pop, que si el rock es mejor que el reggaetón y demás acepciones. Bien este es del punto que quiero hablarles.
La música por si sola se constituye como un arte, y el arte posee muchísimos sentidos y no sólo uno, digo eso es lo chido del arte ¿no?, aún cuando se hace con una sola intención, termina siendo o convirtiéndose por mera atribución a experiencias personales, recuerdos y demás factores en algo significante para la vida del que lo ve, o lo escucha, o ambas.
Es así como se puede comprender en gran medida por qué el autor escribió y compuso una canción, pero la intención sólo la conoce el mismo autor. Y esa intención, se transforma o se reinterpreta según quien la escucha, es un acto complicado que en ciencia puede explicarse como semiosis (claro está es un proceso más complejo que el que describo aquí). Además de la semiosis, también interviene el sentido, el sentido posee un como fuente un código (el lenguaje, la escritura y los idiomas son códigos), estos códigos con llevan una serie de reglas y por ende de significaciones, estas significaciones llevan consigo una estela de valores implícitos que crean un mismo sentido. Es decir una especificación clara, en cuanto a lo general, de lo que quiere decir. Pero desde la perspectiva de este humilde mortal, la manera en la que creamos el sentido varía de persona a persona, si bien está mediada por los marcos de referencia (todos los valores, costumbres y la cultura misma, entendida como códigos morales de una sociedad) cada quien posee experiencias y distintas visiones del mundo en las que por una u otra razón interiorizamos unos valores más que otros.
Y es aquí donde, después de una breve explicación, me remito a decir de modo más coloquial, que no existe la buena música en el sentido estricto, sino que todo depende del sentido en el que veamos. La buena música se caracteriza por que como ya he dicho en el primer párrafo, es la que te remite a algo, la que te hace relajarte, odiar, recordar, amar, dedicar y más que nada significar. Me desagradan las letras del reggaetón y los ritmos del duranguense, pero no por ello dejo de respetar a la gente a la que gusta de dichos géneros, por qué todo este rollo de significados y significantes me ha ayudado a comprender y ver de diferente modo el universo de lo posible aquella cosa que me gusta llamar sentido.
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