Mario acariciaba dulcemente el cabello de Laura, ella en su silla, miraba hacia la pared.. En la habitación el silencio y el desorden reinaban. Papeles, libros, ropa, zapatos todo yacía en el suelo. Mario tenía horas intentando hablar con Laura, pero cansado de no recibir una respuesta se sentó en un rincón. Mario tenía la esperanza de que Laura por fin dijera algo. A pesar de que lo deseaba tanto, sabía que eso no sucedería. Después de unos minutos, se paró, se acerco a la silla y beso en la ca, beza a Laura, tomó una bocanada de aire y comenzó con otro de sus discursos.
-Laura, No sé por que estas así, hemos esperado tanto para estar juntos y ahora que por fin lo conseguimos no quieres decir ni una sola palabra. Amor; se que tus pap…-
No había terminado de hablar cuando el sonido de varios autos llamó su atención, Mario miró por la ventana, lo que vio no le sorprendió en absoluto. 5 carro patrullas ocupaban toda la calle, a Mario no se le dificultó encontrar al hombre a cargo. Un oficial famoso en la ciudad, mejor conocido como el comandante Ramírez.
Ramírez era un veterano en la policía llevaba poco más de 20 años trabajando y sabía exactamente que hacer en una situación como esta. Bajo de su patrulla y se dirigió hacia uno de los oficiales, a continuación preguntó.
- ¿Pérez ya se ha desalojado a los vecinos?-
Pérez asintió, el comandante Ramírez dio unos pasos hacia el frente y se dirigió hacia un grupo de oficiales a los cuales ordenó.
-¡Medina, Morales, Solís a la puerta!, ¡Contreras, Pinzón, Ortiz ustedes por atrás! ¡Los demás ya saben que hacer!.-
Arriba Mario intentaba conservar la calma, pero la desesperación comenzaba a invadirlo, registró entre el desorden en busca de la 9mm que había dejado apenas unas horas atrás, la recogió y la cargo esperando que lo peor sucediera. La movilización abajo era muy rápida y no había tiempo para errores y Ramírez lo sabía muy bien, años atrás había tenido un operativo fallido.
El comandante se colocó por delante de las patrullas, uno de los oficiales le pasó un altavoz, Ramírez lo tomó al mismo tiempo que preguntaba.
-¿qué saben de la chica? -
El oficial sacó unas hojas y contestó.
– ¿Sobre la chica? Nada. No sabemos nada, aún creemos que esta viva-
Ramírez frunció el seño, su experiencia le decía que no tenían una información crucial. Se encontraba en una situación difícil, por un lado tenía la posibilidad de entrar a la fuerza, pero si Laura estaba viva, no podía arriesgar su vida. La otra opción era “negociar”, a Ramírez no le gustaba negociar, su noción de negociar era distraer al sospechoso, esto con el fin de que los oficiales abajo entraran al lugar y sometieran al delincuente. Después de pensar por fin eligió una opción, encendió el altavoz y comenzó a “negociar”.El cuartel de policía, había practicado y llevado a cabo este operativo cientos de veces a lo largo de los años. Así que sabían de memoria lo que pasaría y estaban capacitados para responder a cualquier irregularidad dentro del operativo.
Ramírez, cogió el altavoz y se dispuso a entablar el diálogo.
-Mario, Soy el comandante Ramírez, no quiero hacerte daño-
Mario puso la pistola encima de una mesa que se encontraba del lado izquierdo de Laura, se dirigió a la ventana y gritó.
¡Ustedes no lo entienden! Ella y yo nos amamos, ¿acaso es difícil entender eso? –
Ramírez dio una señal disimulada con el brazo y por fin el operativo comenzó. Medina colocó una palanca en el cerrojo de la puerta delantera y la rompió, Solís y Morales entraron y luego de asegurar la zona, dieron una señal por el walkie talkie los tres oficiales restantes se sumaron al operativo abriendo la puerta trasera y asegurando la cocina y la sala. Los 6 oficiales ya dentro de la casa esperaban órdenes del comandante Ramírez para actuar a la segunda fase, la profesionalidad de los policías, no había permitido que Mario se percatara de su presencia. Ramírez continuó con el operativo.
-Mario, esto no tiene por que acabar así y lo sabes. Laura quiere estar contigo, pero no de esta manera, si bajas con ella todo estará bien lo prometo-
Uno de los oficiales tomó su walkie talkie y dio la señal.
-El sospechoso esta distraído comiencen la segunda fase ¡ahora!-
Ahora era el turno de Pinzón, Ortiz y Contreras, la segunda fase consistía en tomar por sorpresa al sospechoso, todos los oficiales tenían que ser sigilosos o el operativo se complicaría. Arriba Mario estaba apunto de contestar cuando escucho un rechinido en la escalera. Enseguida supo lo que pasaba, tomó la pistola 9 milímetros. Enseguida se posicionó junto al cuerpo de Laura. Ramírez sabía que algo andaba mal, habían pasado unos minutos y no recibía ninguna respuesta, tanto de Mario como de su equipo. Ramírez pidió el walkie talkie y lanzó órdenes.
-Él sabe que están ahí, hagan lo posible por no lastimar a la chica-
Los oficiales se prepararon para atacar Ortiz subió por las escaleras y se colocó al lado izquierdo de la puerta en la que se encontraba Mario, Contreras hizo lo mismo en el lado opuesto mientras Pinzón abría cuidadosamente la puerta, Mario tenía el arma en sus manos y apuntaba fijamente hacia la puerta soltó unos 2 disparos antes de que la munición se le agotara. Desde afuera Ortiz inició un nuevo diálogo con él.
-Suelta el arma y no te haremos daño, no hay salida amigo, te tenemos rodeado-
Mario, se vio acorralado deslizó el arma por el suelo y accedió a salir, como último acto, se arrodilló y besó a Laura en los labios, salió por la puerta con los brazos en alto y fue arrestado. Pronto Ramírez recibía la noticia.
-¡Comandante lo tenemos!-
Ramírez preguntó.
-¿Y la chica?-
Ortiz entro a la habitación con el walkie talkie en mano estaba a punto de informar que todo estaba bien, presionó el botón y de su boca salió una palabra que nadie esperaba escuchar.
-¡Mierda!!-
La escena era espeluznante, Laura estaba sentada en aquella silla, con la cabeza entre sus manos y los ojos abiertos.
Ortiz casi al borde del shock comentó.
- Señor tendremos que llamar al forense-.
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