El cielo se oscurece a un ritmo acelerado, las plantas empiezan a moverse de un lado a otro. El ambiente comienza a ser ruidoso y la temperatura empieza a bajar. En medio de la estructura se levanta una escalera por la que circulan algunos alumnos.
Vacilando entre los apuntes de un tesis no escrita, y entre los papeles de copias, dos laptops y varios observadores casuales, se encontraba él. Mirando fijamente a hacía el vacío entre los rostros perdidos entre las letras y las teorías. Se preguntó a sí mismo si debería estar invirtiendo el tiempo en otras cosas. Movió la cabeza de izquierda a derecha y se clavó aún más en lo que había pensado.
El tiempo transcurría , del cielo empezó a caer gotas de lluvia. Él tan sincero y honesto se limitó a pensar y refugiarse ante la lectura, el compañero de este día sería el gran Conan Doyle. Entre los misterios no resueltos y la historia del Dr. Watson, sobrevino a su mente la imagen que le había atormentado por mucho tiempo.
¿Cuando la belleza se convierte en horror? la pregunta le rondó por la cabeza. Intentó, apartar la idea pero era demasiado tarde. Se opuso a aquella paradoja intentando centrarse en otros aspectos.Entonces recordó aquellos sentimientos que le invadían en las noches desoladas, pronto la idea principal se dilucidó, para dar paso a las más grandes frustraciones de su ser.
Se recordó las grandes hazañas obtenidas a lo largo de su vida y se contuvo al ver los recuerdos fluir de él. De todas aquellas cosas que había obtenido, sólo había una que no podía dejar pasar. Se preguntó acerca de aquella broma que tenía el destino para él.
Arremetió con vigorosos gritos en su mente mientras, mientras pensaba en la inmensidad y la complejidad de aquel objeto. Por fin pudo pronunciar una palabra que retumbó entre los pasillos del edificio en el que se hallaba.
-¡No!-
Entre las contradicciones y la negatividades surgió entonces la duda. ¿Debo o no debo hacerlo? pronto comprendió que era la manera más fácil de escapar de sus dudas. Pero luego se arrepintió. Las nubes comenzaron a despejarse, la luz del sol entró por una de las ventanas y él... él simplemente se negó a abandonar su negatividad.
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