Eran minutos antes de las 11, cuando me fui a
acostar, lo noche era fría, un tanto nostálgica y como cada noche, me tapé con
aquella sábana de franela azul con cuadros de estampado, coloqué una almohada,
me tendí de lado y casi en posición fetal concilie el sueño. Pasaron las
horas y, justo cuando soñaba que México
había llegado a la final de un mundial sucedió.
Desperté sin una razón aparente, no sabía a
ciencia cierta que era lo que me provocaba este abrupto despertar, quizá era
por que había mucho frío, o tal vez por que mi hermano mayor roncaba con un
fuerte sonido -que haría despertar hasta al más pesado de los sueños-.Intente
buscar respuestas, eran unos minutos después de las 3, me levanté y prendí el
ordenador. Aún pensaba en buscar una respuesta a mi sueño interrumpido. Cuando
de pronto aquellas palabras retumbaron en mi cabeza. En mi vida me habían dicho
casi cualquier cosa. Inepto, pendejo, inmaduro, ignorante, sin futuro. Pero
esas palabras y, sobre todo de quien venían me habían afectado más que
cualquier insulto que pudiera imaginarse.
Después de tomar el ordenador y escuchar una
pieza de piano, algo ocurrió. Fue como si esa pieza de piano fuera una señal
mágica; entonces lo comprendí y es que esas palabras, sólo anunciaban el
principio de un desamor.
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