Nunca me he sentido tan confundido como en este momento. Es decir, todo era normal hace unos 2 años, mi vida en la universidad transcurría normalmente. La rutina de la semana era ir a la facultad a clases, tomar 5 o 6 materias y aun cuando uno podía sentirse cansado, siempre había tiempo para divertirse con los amigos, un chistecito, una plática profunda una anécdota graciosa y ese tipo de cosas para alegrar un día lleno de tareas y de estrés. En esos días tan estresantes, pero entretenidos en los que empiezas a adorar la carrera que estudias, conocí a mucha gente importante y que hasta el día de hoy marca mi vida.
En esos primeros días de universidad uno se da cuenta de que hay y siempre habrá parejas o personas que se gusten dentro de un mismo salón de clases, la cosa estuvo así… Nunca me había fijado en nadie, no por qué no hubieran personas de mi tipo, sino porque no hacía mucho (en realidad sí, pero no lo había superado del todo), había tenido una relación con alguien a quién en verdad amaba y que por problemas había terminado todo en algo agridulce.
Sin hacerles más bolas diré que por aquellos días, una persona comenzó a llamar mi atención, se me hacía una persona interesante, bonita, nada espectacular pero sin duda bella, de un aspecto algo raro y un poco despistada. Nunca le hablé y sin embargo el interés en ella comenzó a acrecentarse. Al cabo de 6 o 7 meses de conocerla ya era un hecho me gustaba; no tenía idea de si era su inocencia o su forma inexplicable de hacer las cosas, simplemente sabía que me gustaba. Durante el primer semestre los acercamientos con esa persona no tuvieron acercamientos tan fructíferos como hubiese deseado, así que el semestre terminó justo como empezó, la única diferencia era que sabía de mi existencia.
El segundo semestre, empezó y las cosas se pusieron un poco más complicadas, a mi incapacidad de relacionarme con ella venían incluidos los horarios que no compartíamos, así que por más que quise nunca pude acercarme más de la cuentas, es así que entre algunos encuentros y platicas muy banales, este segundo semestre carrera concluyó con altibajos, pasando la mayoría de mis materias, con un familiar que se fue y muchas otras cosas personales que, para efectos de esta historia no tienen tanta relevancia, a pesar de pasar un año entero sabiendo lo muy básico, su nombre y algunas cosas de las que gustaba platicar o escuchar, ya para estas alturas descubrí que quería hacer algo con ese sentimiento, la solución era fácil, conocer a esa persona.
No creo en el destino pero si creyera, seguramente diría que por azares del destino, nos encontrábamos otra vez en unas clases, comencé a tratarla un poco más y justo cuando pensé que todo iba bien, apareció… Se trataba de otra damisela, ésta más interesante que la anterior, y de alguna forma me llamó más la atención, sinceramente no puedo recordar cómo fue pero conseguí hacerme de su dirección de correo, su teléfono celular y hasta su página de facebook, por primera vez sentía que todo iba bien, hasta ese instante era el mero interés, pero tantos mensajes respondidos, tantas cosas intercambiadas y tanto interés terminó por causarme un serio problema; ahora me gustaba, eso estaría bien si fuese la única, pero en cambió me gustaban dos personas muy diferentes. Una por una parte cerrada, a la que había tratado muy poco y de la cual sólo tenía la página de facebook, la otra más abierta, interesante con gustos en común, poco a poco y sin darme cuenta fui conociendo más a la nueva chica, su forma de ser y las distintas circunstancias fueron incrementando mi gusto hacia ella.
Sin embargo el primer sentimiento no había desaparecido del todo, y cada vez se volvía complicado tomar una decisión. Pronto comencé a formarme ideas erróneas, o no tanto, de lo que podría pasar con cualquiera de las dos, la situación comenzó a mejorar y poco a poco me hice amigo de la segunda chica, descubrió mi gusto hacia ella y luego de una situación complicada.
Aclaramos sentimientos y quedamos como amigos, en ese instante me había olvidado por completo de la chica que estudiaba conmigo y a la que había conocido hacía año y medio. Por qué con la segunda chica sentía, y aún lo hago, como si la conociera desde siempre; había algo especial, era de las pocas personas que irradian carisma y misterio en la misma magnitud, tanto como para confundir a una mente experta dedicada a prever el comportamiento de las personas y más aún en encontrar los por qué de la vida.
Hace algunos días vi a la primera chica y recordé ese sentimiento que me causaba, entonces supe que nunca me dejó de interesar, ahora el panorama era diferente, me gustaba alguien pero quería a alguien más, ¿cómo decidir que opción tomar? Y peor aún ¿cómo fundamentar eso? El camino sin duda ha sido el más complicado, no sólo por que se tratan de 2 personas diferentes, sino por qué también se tratan de situaciones diferentes.
Hoy en día volví a tratar más a una de ellas, la otra por el contrario parece haberse convertido en una muy buena. A todo esto hoy me pregunto con mucha curiosidad y con la desesperación de recibir una respuesta, ¿será que estoy listo para confesarle lo que siento? Y al mismo tiempo mis sentidos me juegan una broma, o quizá no. Entonces decido escribir sólo para recordar, aunque parezca una locura, que este tipo de cosas son las que nos hacen sentirnos vivos, para bien o para mal, siempre aprendemos lecciones de vida a través de nuestras experiencias.
*Nota: Escrito en Mayo 2011
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