Cabellos, ropa, un chirrido, el sonido de las aspas, la brisa del aire que entra desde la ventana, un parpadeo, los aullidos de los perros, el sonido de los autos que atraviesas la calle exterior, luces gigantes que entran desde la calle, murmullos, sonidos extraños, sombras que luchan contra el muro.
Alzo la cabeza, miro al techo y me centro en sus formas irregulares, en la oscuridad intento ver alrededor del cuarto, todo parece ser tan distinto, y a pesar que sé exactamente dónde están las cosas. Parece ser que bajo la ausencia de luz, uno simplemente duda. Trago saliva, respiro profundo y pienso.
Me veo sumergido en un amplio universo que conocía, pero que hace mucho no exploro, la profundidad del pensamiento ronda por distintos temas. Maltrato animal, noviazgo, juventud, sociedad, política, familia, suicidio, religión, alegrías, conocimiento.
Pero hay algo que llama mi atención de manera potencial. ¿Quién soy? , ¿Hacia dónde voy? No sé si es posible determinar quién soy, no depende integralmente de lo que yo perciba, sino también de como soy percibido. Pero puedo decir características de lo que soy. Soy un humano, con sentimientos, percepciones, experiencias; pero sobre todas las cosas soy imperfecto, simplemente por mera naturaleza. Si tan sólo pudiésemos entender esa imperfección nos sería más fácil ser tolerantes y respetuosos. Pero ¿Qué queda cuando buscamos la perfección, aun sabiendo que nunca la encontraremos? Seguir viviendo en una burbuja en la que cada quien tiene un sentido inexpresable e inteligible.
Pronto le doy la vuelta al asunto, ahora intento ver hacia dónde voy. Dudo un poco, pero a estas alturas todavía es válido equivocarse; siempre y cuando se aprenda de ese error. Mi destino es convertirme en un hombre exitoso, es muy relativo pero se resume a una frase: No hay que hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.
Pienso en otros temas, el aborto, las alegrías, las amarguras, el amor… ¿De cuál de todos ellos estoy seguro poder responder algo? Quizá de ninguno, pero poco importa, me esfuerzo un poco más y voy adentrándome un poco más en la mente. De repente, me quedo en blanco.
Descarto los temas que ya he abordado en otros días como el de hoy y poco a poco me voy sumergiendo en un vaivén de ideas tranquilas, de sonidos suaves y luces, que no tengo idea de dónde salieron pero que ahí están. Las luces se difuminan, el aire fresco entra por mi ventana. La luz de la calle se apaga, todo se vuelve aún más oscuro, un chirrido, los ladridos de los perros, los párpados pesan, los ojos se van apaciguando, suspiro, me relajo y por fin los ojos se cierran.
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