Heme ahí a las 3:23 del día 18 del octavo mes, mi presencia pasa desapercibida por los rincones habitados de la casa en donde vivo, a lo lejos un sonido de un motor se entremezcla con el sonido de la naturaleza; una corriente de aire pasa entre los árboles produciendo un sonido tranquilizante. Mi tranquiliad se ve interrumpida ante un repentino trueno que desciende hacia la tierra y produce confusión:
Ahora mi presencia se hace notoria, entre la oscuridad de los cuartos retumban un los pasos de una persona de tamaño medio, la oscuridad no me deja percibir con total seguridad de quién se trata. Entre el silencio que predomina en aquel lugar un voz familiar se levanta.
- ¿Aarón, eres tú?-
Asiento con la cabeza por mera costumbre, y me acomodo en la hamaca, cuando una nueva pregunta se llega.
- ¡Aarón!-
- Sí, ¿ qué pasó?-
Entrecierro los ojos y espero la siguiente reacción.
- Desconecta todo, así, sí vuelve la luz no se va a quemar nada-
La pereza me juega una mala pasada , pero puedo controlarla, con un súbito movimiento salto de la hamaca para obedecer las palabras de mi madre. Después de completar el encargo regreso a mi posición original. Mi mami, como me gusta llamarla a veces, entra a mi cuarto y se sienta en la hamaca ubicada a lado de la mía.
Suspiro un poco y sé lo que se avecina, pero esta vez me adelanto al hecho; sólo tengo que hacer una pregunta, pero estoy buscando hacer la adecuada.
- Oye ma, ¿Ya nos han robado antes?
Mi madre hace silencio, pero no tarda mucho en contestar.
- Claro que sí, sucedió hace mucho tiempo, ¿Te acuerdas de Chip?-
Chip era un perro blanco de raza desconocida, muy querido de la familia. Poco podría decir sobre aquel can, ya que lo coonocí por poco tiempo.
-No mucho-
-Bueno, pues cuando el era cachorrito entraron a robar... entraron por la ventana del cuarto, en ese entonces no tenía protectores y llegaba hasta el piso, así que sólo quitaron los vidrios y entraron, se llevaron una tele que le habían regalado a tú tía, cuando llegamos a casa el pobrecito estaba temblando lo habían encerrado en el baño y parecía que le habían hecho algo.
El perro creció y se volvió bravo, nunca atacaba a alguien a menos que intentara entrar a la casa, pero había un muchacho en particular al que no podía ver, se ponía furiosos y empezaba a gruñir, casi, casi , le salía espuma por la boca y tenía una fuerza tremenda.-
Interrumpí su relato con el fin de entender más acerca de aquellos días.
- ¿Era él el que entró a robar?-
- Sí, estábamos seguros, no por lo que hacía el perro, ese muchacho era miembro de una banda la banda de los trompos, era un o de los cabecillas. Uno vivía en casa de doña Anita, ahí a dos esquinas de aquí.-
La curiosidad me invadió y las palabras salieron de boca mucho antes de que comprendiera, ya había formulado una pregunta.
- ¡Ah! ¿Y los agarraron?-
- Sí los agarraron, pero fue mucho después; antes los camiones pasaban aquí frente a la casa, y esos maleantes no respetaban a nadie, te asaltaban hasta bajando del camión. Viejitos, mujeres, niños, señores. Ya todo el mundo estaba harto de ellos-
- ¿ Pero osea, cómo fue?-
- Pues la gota que derramó el vaso, fue que un día en la casa que está aquí en la mera esquina, vivía una señora que tenía dos niños chicos, y pues se la pasaban jugando en su bicicleta. Ya viste que aquí en el camellón hay que dar la vuelta y pues tienes que mirar hacia los lados para poder cruzar; pues ahí el chamaco volteó a ver a uno de los costados y ahí mero, estaba uno de los cabecillas de la banda, en mero arrumaco con la novia. El chiquito ni en cuenta el no más andaba jugando con su hermanito. El tipo pensó que los estaban espiando y se enojó, los niños pasaron junto a él y de repente escucharon unos pasos detrás de ellos, era aquel que venía corriendo. En eso uno de ellos le dice al otro, "Pícale que nos vienen siguiendo". Para esto, la hermana de ellos dos estaba viendo a lo lejos lo que pasaba y entró a su casa y salió con una tranca, cuando los niños llegaron el tipo llegó detrás de ellos, y la hermana le dijo. "Serás hombre y serás cabrón pero no te tengo miedo". Algunos vecinos lo escucharon y salieron con palos, piedras tubos y un montón de cosas. Cuando aquél vio eso, se dio media vuelta y se fue a su casa.-
Mi impaciencia llegó.
- ¿Ahí fue dónde lo atraparon? ¿ Pero como es que no los habían atrapado, Nadie se quejaba con la policía?-
-Pérate te cuento, en ese entonces aquí era zona de traslape, y no existía la policía municipal de Umán, sólo la estatal, entonces había que ir hasta mérida, para quejarse y poner las denuncias. Pero los policías nunca venían que por que estaba lejos.-
- Aaaa ya veo, y ¿qué pasó el día que los agarraron?-
- Pues lo que sucede, es que ellos tenían pleito con un señor que vive por ahí en la 31, Lo que sucedió es que llegaron unos señores vestidos así de civiles, eran como unos 5 o 6 y fueron a visitar a Don Elmer, así se llamaba ese señor. Como Los Trompos tenían pleito con él, alguien de la banda vió a entrar a estos señores a esa casa, y les dieron el pitazo.
Ellos creyendo que habían contratado a esta gente para que los golpeen se reunieron frente a la casa de ese señor y le empezaron a gritar. "Sal hijueputa, no que muy hombre, si no tienes miedo , salte y arreglamos esto de hombre a hombre".
Lo que ellos no sabían era que esos señores que habían ido a ver a Don Elmer, eran el presidente municipal y unos policias vestidos de civil, lo habían ido a ver para hablar sobre unos terrenos. Cuando Don Elmer escuchó eso, salió a la puerta y les contestó "¿Qué quieren muchachos?, yo no les tengo ni miedo, ni tengo por que salir de mi casa". "No que muy hombre" le contestaron, entonces fue cuando salieron los policías y el presidente municipal y Don Elmer les dijo. "Ya lo escucharon señores, estos son los que andan fastidiando a los vecinos".
Para esto, los vecinos que habían escuchado que estaban molestando a ese señor, salieron, como si se hubieran puesto de acuerdo salieron con palos, tubos, coas, machetes, piedras, botellas. Cuando el presidente los vio, les dijo a los vecinos que tenían su permiso para actuar y fue cuando la gente se animó más.
Y así atraparon al hermanito, el que estaba con la novia, pues vivía aquí atrás de nosotros, entraron a buscarlo y lo sacaron por la fuerza.
El mayor se peló y estuvo escondido como 2 semanas, por esas dos semanas se escondió en casa de su mamá, tenían una casa con un muro que daba hacia la hacienda. Estuvo tranquila la cosa, pero los niños que vivían por ahí se dieron cuenta de que la mamá y la hermanita, llegaban con unos garrafones de gasolina y entraban a la casa, ya los habían visto varias veces.
Entonces fueron a avisar a Don Chano, el que era delegado de aquí, él llamó a la policía de mérida y les dijo lo que estaba pasando, Varias personas igual escucharon lo que estaba pasando y salieron otra vez con sus armas.
Yo me acuerdo que estaba aquí en la casa con Chip y Kelly, la perrita, empecé a escuchar unos gritos, "hay se metió ahí" entonces fui a la puerta para acechar, y los perros no me dejaron se pusieron a ladrar y se metían en mi camino. Cuando los hice a un lado, y pude salir vi que tú papá estaba volviendo de la tienda, había ido a comprar pasta de dientes, cuando lo vi le grite " Vente está pasando algo", vimos a toda la gente que salió y tú papá entró a la casa y sacó una coa y fue a ver que pasaba.
Dice tú papá. Que los estaban buscando; que lo fueron a buscar a casa de la mamá, cuando la mamá vio que toda la gente estaba ahí amontonada intentando entrar a su casa, se hizo a la desmayada, no faltó quien dijera "No le hagan caso, le está dando chance a que se pele el otro". Entonces empezaron a entrar a la casa. El muchacho se encerró en el baño y no quería salir entonces la gente, subió al techo y rompió los vidrios del baño para ver si estaba dentro y lo vieron ahí. Rompieron la puerta del baño y cómo no quería salir le surtieron, dicen que le abrieron la cabeza, pero quién sabe. Lo sacaron y lo entregaron a la policía. Y Don Chano les dijo "Aquí están señores, por favor enciérrenlos por que si vuelven estos chavos van a acabar muertos, aquí no los queremos".-
El relato había captado enteramente mi atención y a pesar de que hacía más de media hora que había llegado la luz, permanecía atento a las palabras que surgían de mi madre. Me pregunté a mi mismo sí había sido parte de la historia; bueno, pues seguramente lo fue. Tiempo después investigué acerca de Los Trompos, fueron una banda de alcance estatal, una de las más grandes de los 80, junto con la banda de El silencio. Dicen que les confiscaron 4 camionetas Pick Ups con todo tipo de cosas, televisiones, videograbadoras, Radios, televisiones, microondas, abanicos y joyas.
Sobre el dato de la gasolina, luego se descubrió que el hermano mayor, buscaba vengarse de los vecinos, incendiando el fraccionamiento donde vivían, habían hecho 200 bombas molotov y seguían fabricando aún más.
Ahora mi presencia se hace notoria, entre la oscuridad de los cuartos retumban un los pasos de una persona de tamaño medio, la oscuridad no me deja percibir con total seguridad de quién se trata. Entre el silencio que predomina en aquel lugar un voz familiar se levanta.
- ¿Aarón, eres tú?-
Asiento con la cabeza por mera costumbre, y me acomodo en la hamaca, cuando una nueva pregunta se llega.
- ¡Aarón!-
- Sí, ¿ qué pasó?-
Entrecierro los ojos y espero la siguiente reacción.
- Desconecta todo, así, sí vuelve la luz no se va a quemar nada-
La pereza me juega una mala pasada , pero puedo controlarla, con un súbito movimiento salto de la hamaca para obedecer las palabras de mi madre. Después de completar el encargo regreso a mi posición original. Mi mami, como me gusta llamarla a veces, entra a mi cuarto y se sienta en la hamaca ubicada a lado de la mía.
Suspiro un poco y sé lo que se avecina, pero esta vez me adelanto al hecho; sólo tengo que hacer una pregunta, pero estoy buscando hacer la adecuada.
- Oye ma, ¿Ya nos han robado antes?
Mi madre hace silencio, pero no tarda mucho en contestar.
- Claro que sí, sucedió hace mucho tiempo, ¿Te acuerdas de Chip?-
Chip era un perro blanco de raza desconocida, muy querido de la familia. Poco podría decir sobre aquel can, ya que lo coonocí por poco tiempo.
-No mucho-
-Bueno, pues cuando el era cachorrito entraron a robar... entraron por la ventana del cuarto, en ese entonces no tenía protectores y llegaba hasta el piso, así que sólo quitaron los vidrios y entraron, se llevaron una tele que le habían regalado a tú tía, cuando llegamos a casa el pobrecito estaba temblando lo habían encerrado en el baño y parecía que le habían hecho algo.
El perro creció y se volvió bravo, nunca atacaba a alguien a menos que intentara entrar a la casa, pero había un muchacho en particular al que no podía ver, se ponía furiosos y empezaba a gruñir, casi, casi , le salía espuma por la boca y tenía una fuerza tremenda.-
Interrumpí su relato con el fin de entender más acerca de aquellos días.
- ¿Era él el que entró a robar?-
- Sí, estábamos seguros, no por lo que hacía el perro, ese muchacho era miembro de una banda la banda de los trompos, era un o de los cabecillas. Uno vivía en casa de doña Anita, ahí a dos esquinas de aquí.-
La curiosidad me invadió y las palabras salieron de boca mucho antes de que comprendiera, ya había formulado una pregunta.
- ¡Ah! ¿Y los agarraron?-
- Sí los agarraron, pero fue mucho después; antes los camiones pasaban aquí frente a la casa, y esos maleantes no respetaban a nadie, te asaltaban hasta bajando del camión. Viejitos, mujeres, niños, señores. Ya todo el mundo estaba harto de ellos-
- ¿ Pero osea, cómo fue?-
- Pues la gota que derramó el vaso, fue que un día en la casa que está aquí en la mera esquina, vivía una señora que tenía dos niños chicos, y pues se la pasaban jugando en su bicicleta. Ya viste que aquí en el camellón hay que dar la vuelta y pues tienes que mirar hacia los lados para poder cruzar; pues ahí el chamaco volteó a ver a uno de los costados y ahí mero, estaba uno de los cabecillas de la banda, en mero arrumaco con la novia. El chiquito ni en cuenta el no más andaba jugando con su hermanito. El tipo pensó que los estaban espiando y se enojó, los niños pasaron junto a él y de repente escucharon unos pasos detrás de ellos, era aquel que venía corriendo. En eso uno de ellos le dice al otro, "Pícale que nos vienen siguiendo". Para esto, la hermana de ellos dos estaba viendo a lo lejos lo que pasaba y entró a su casa y salió con una tranca, cuando los niños llegaron el tipo llegó detrás de ellos, y la hermana le dijo. "Serás hombre y serás cabrón pero no te tengo miedo". Algunos vecinos lo escucharon y salieron con palos, piedras tubos y un montón de cosas. Cuando aquél vio eso, se dio media vuelta y se fue a su casa.-
Mi impaciencia llegó.
- ¿Ahí fue dónde lo atraparon? ¿ Pero como es que no los habían atrapado, Nadie se quejaba con la policía?-
-Pérate te cuento, en ese entonces aquí era zona de traslape, y no existía la policía municipal de Umán, sólo la estatal, entonces había que ir hasta mérida, para quejarse y poner las denuncias. Pero los policías nunca venían que por que estaba lejos.-
- Aaaa ya veo, y ¿qué pasó el día que los agarraron?-
- Pues lo que sucede, es que ellos tenían pleito con un señor que vive por ahí en la 31, Lo que sucedió es que llegaron unos señores vestidos así de civiles, eran como unos 5 o 6 y fueron a visitar a Don Elmer, así se llamaba ese señor. Como Los Trompos tenían pleito con él, alguien de la banda vió a entrar a estos señores a esa casa, y les dieron el pitazo.
Ellos creyendo que habían contratado a esta gente para que los golpeen se reunieron frente a la casa de ese señor y le empezaron a gritar. "Sal hijueputa, no que muy hombre, si no tienes miedo , salte y arreglamos esto de hombre a hombre".
Lo que ellos no sabían era que esos señores que habían ido a ver a Don Elmer, eran el presidente municipal y unos policias vestidos de civil, lo habían ido a ver para hablar sobre unos terrenos. Cuando Don Elmer escuchó eso, salió a la puerta y les contestó "¿Qué quieren muchachos?, yo no les tengo ni miedo, ni tengo por que salir de mi casa". "No que muy hombre" le contestaron, entonces fue cuando salieron los policías y el presidente municipal y Don Elmer les dijo. "Ya lo escucharon señores, estos son los que andan fastidiando a los vecinos".
Para esto, los vecinos que habían escuchado que estaban molestando a ese señor, salieron, como si se hubieran puesto de acuerdo salieron con palos, tubos, coas, machetes, piedras, botellas. Cuando el presidente los vio, les dijo a los vecinos que tenían su permiso para actuar y fue cuando la gente se animó más.
Y así atraparon al hermanito, el que estaba con la novia, pues vivía aquí atrás de nosotros, entraron a buscarlo y lo sacaron por la fuerza.
El mayor se peló y estuvo escondido como 2 semanas, por esas dos semanas se escondió en casa de su mamá, tenían una casa con un muro que daba hacia la hacienda. Estuvo tranquila la cosa, pero los niños que vivían por ahí se dieron cuenta de que la mamá y la hermanita, llegaban con unos garrafones de gasolina y entraban a la casa, ya los habían visto varias veces.
Entonces fueron a avisar a Don Chano, el que era delegado de aquí, él llamó a la policía de mérida y les dijo lo que estaba pasando, Varias personas igual escucharon lo que estaba pasando y salieron otra vez con sus armas.
Yo me acuerdo que estaba aquí en la casa con Chip y Kelly, la perrita, empecé a escuchar unos gritos, "hay se metió ahí" entonces fui a la puerta para acechar, y los perros no me dejaron se pusieron a ladrar y se metían en mi camino. Cuando los hice a un lado, y pude salir vi que tú papá estaba volviendo de la tienda, había ido a comprar pasta de dientes, cuando lo vi le grite " Vente está pasando algo", vimos a toda la gente que salió y tú papá entró a la casa y sacó una coa y fue a ver que pasaba.
Dice tú papá. Que los estaban buscando; que lo fueron a buscar a casa de la mamá, cuando la mamá vio que toda la gente estaba ahí amontonada intentando entrar a su casa, se hizo a la desmayada, no faltó quien dijera "No le hagan caso, le está dando chance a que se pele el otro". Entonces empezaron a entrar a la casa. El muchacho se encerró en el baño y no quería salir entonces la gente, subió al techo y rompió los vidrios del baño para ver si estaba dentro y lo vieron ahí. Rompieron la puerta del baño y cómo no quería salir le surtieron, dicen que le abrieron la cabeza, pero quién sabe. Lo sacaron y lo entregaron a la policía. Y Don Chano les dijo "Aquí están señores, por favor enciérrenlos por que si vuelven estos chavos van a acabar muertos, aquí no los queremos".-
El relato había captado enteramente mi atención y a pesar de que hacía más de media hora que había llegado la luz, permanecía atento a las palabras que surgían de mi madre. Me pregunté a mi mismo sí había sido parte de la historia; bueno, pues seguramente lo fue. Tiempo después investigué acerca de Los Trompos, fueron una banda de alcance estatal, una de las más grandes de los 80, junto con la banda de El silencio. Dicen que les confiscaron 4 camionetas Pick Ups con todo tipo de cosas, televisiones, videograbadoras, Radios, televisiones, microondas, abanicos y joyas.
Sobre el dato de la gasolina, luego se descubrió que el hermano mayor, buscaba vengarse de los vecinos, incendiando el fraccionamiento donde vivían, habían hecho 200 bombas molotov y seguían fabricando aún más.
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