Empezó como un día normal, la
gente se aglomeraba en las calles, los pasajeros abordaban sus transportes
mientras el día soleado indicaba que no sería uno “normal”. Caminé por la acera un poco agrietada por el
paso del tiempo, y me dirigí hacia aquel lugar dónde me esperaba la bestia
metálica que me llevaría hacia mi destino.
La espera no fue larga, a
pesar de que mucha gente lo esperaba
puede subirme en ella e ir hacia el centro de la ciudad. Pronto abordé a otra
de sus compañeras bestias, me encontré ahí a un amigo, juntos emprendimos el
viaje. Charlamos por un rato, una
llamada telefónica nos interrumpió; el agradable amigo contestó. Un preludio
hecho canción llegó y de ella se desprendió una frase que rezaba así
“Vamos a platicar, las cosas de los dos”.
El punto clímax llegó, con un diálogo muy típico de una pelea que concluyó con “lo
hablamos en casa, te amo”.
Lo que ocurrió a continuación no
tiene ninguna relevancia en esta historia, aunque siendo estrictos nada de lo
que se describe aquí cuenta lo verdaderamente esencial de ésta. Lo único que importa es que era primavera,
esa época tan anhelada por una y odiada por otras, inspiración de muchos y
decepción de otros.
Me perdí entre las obligaciones y
la monotonía de la vida, el asistir a clases me ponía en un estado extraño, nunca uno era demasiado feliz y
tampoco se era demasiado infeliz, simplemente era un algo, más común que
corriente. El encargo fue muy claro y la idea se materializó. Me aventuraría
con otros cuantos compañeros en una misión que nos traería satisfacción.
En un momento de calma me encontraba
a bordo de una bestia más pequeña que la anterior, de un color verde atractivo
que llamaba la atención, el dulce y
tranquilizante naranja en sus pupilas
contrastaban paradójicamente con la persona quien la domaba, adentro 5
almas se encontraban reunidas rumbo a una misión, no lo sabían todavía pero su
misión en ese día tan insignificante, un 20 de marzo para ser más exactos,
sería alegrar, alegrarse y olvidar los problemas.
En un punto las 5 personas ya adultas, cuando menos en edad, hicieron una
regresión y se dejaron llevar por la magia del sol primaveral, el aire que
corría y los sentimientos que afloraban. Cuando estuvieron juntos por fin
soltaron al aire decenas de burbujas que llevaban dentro de sí todas las
preocupaciones, todos los problemas, todas las inseguridades.
Se olvidaron de todos y siguieron
con su camino, intentando sacar una sonrisa, no sé bien si lo logramos, lo que
si estoy seguro es que funcionó en mí.
XD lindo, muy lindo... me pregunto de quien era la pequeña bestia verde xD
ResponderEliminarDe quién crees? sin duda esa pequeña bestia se está ganando mi cariño.
ResponderEliminar¿Es normal que haya regresado a leer esta historia sólo porque me siento estresado? ¿Y es normal que haya causado el mismo efecto que el día mismo?
ResponderEliminar"Ellos son aguados, nosotros somos burbujas" siempre recordaré esa frase taaaaaaaaaaan espontánea de Xagui.