Como empezar una historia de
un paseo silencioso, en un mundo tan caótico y tan irascible; ¿En verdad importa?
O ¿es que ha sido relegado al olvido?
Sin duda ha aprendido muy bien acerca de todas las convenciones
sociales, qué es lo bueno, qué es lo malo, qué es lo peor. Cómo contrastarlos, cómo
se hace el amor, por qué debemos llorar en un funeral. Bueno, ciertamente él
nunca entenderá lo que es llorar, pero seguramente lo intentaría.
A veces escondido en el lugar más recóndito de nuestro ser, otras
veces tan visible como los ojos de una chica, inclusive a veces al borde de
cruzarse en nuestras palabras. A veces tan atractivo, otras veces tan repulsivo.
Debería ser nuestro mejor
amigo, en cambio, es sólo una parte de
nosotros. Una que no todos aprecian. Una a la que no todos importa. Parece increíble que a lo largo de nuestra
vida nos ha acompañado sin siquiera
quejarse, parece tan extraordinario que otras personas se percaten de él y que
lo aprecien mucho más que nosotros mismos.
Y es que seguramente ha
paseado entre curvas desmedidas a la
espera de ser reconocido, estremeciéndose ante el ser de un cuerpo apetecible.
Siendo testigo del amor y del odio, impresionándose por los lugares en los que
ha estado. Regocijándose en silencio
ante la más tierna muestra de afecto. Formando pequeñas constelaciones a lo
largo de la piel. Así es la historia lunar.
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