Recuerdo que alguna vez hablamos sobre lo poco empático que encuentro que los saludos sean génericos.
Son tan vacúos, son tan impersonales, son tan carentes de sentido (y no porque no lo tengan, sino porque lo han perdido).
"buen día", "buena noche", "¿Cómo estás?"... Se me hacen tan simples, tan insignificantes, supongo que con el tiempo la gente se ha ido acostumbrando tanto a estas expresiones que "cualquiera" pregunta ¿Cómo estás?, y la respuesta automática es un bien, ¿y tú?.
A pesar de que me caga demasiado, no puedo evitar repetir los patrones de convencionalismos cuando la cosa es al revés. Digo, creo que no es sencillo decirle a alguien que pregunta ¿Cómo estás? un "Bueno, pues realmente me siento extraño, tengo miedo de cagarla una vez más. Me siento como la mierda pero tengo que fingir cuando las personas me preguntan acerca de esto porque no cualquiera se atrevería a escuchar cosas que de verdad no quiere escuchar. Pero bueno entonces por qué carajo me preguntarían como estoy, sino quieren escuchar un discurso de al menos 10 minutos sobre cosas profundas de mi psique. Ellos sólo quieren escuchar un maldito "bien y tú" y seguir sus vidas como si nada". O uno un poco más optimista: "Bien, pero me preocupa un poco el no poder con las cosas del trabajo, hace tiempo que no duermo bien. Pero no te preocupes estoy realmente bien; no es cosa de la que debas preocuparte".
Por otra parte hay otra pregunta que saca de pedo a la gente, esa que es tan simple pero que nadie hace y que por ello es difícil de contestar. "¿Cómo te sientes hoy?" Creo que el principal problema de mi persona es que espero respuestas un poco profundas para cosas banales; quizá espero demasiado de las respuestas de la gente y me vuelvo como un curioso de lo que tienen que decir. Y no sé si asusta saber que hay alguien ahí afuera que quiere escuchar, o si más bien es un mecanismo de autodefensa.
En fin no es cuestión de Adivinar... Es cuestión de perspectiva supongo.
Comentarios
Publicar un comentario