-Oye, sé que es un poco extraño pero, debo decirte esto exactamente como lo pienso... Es simple, sólo ... Me gustas, así de simple; como me gusta un día nublado o el helado de guanábana y te lo digo ahora y de esta manera extraña por que es la única forma que he encontrado. No me malentiendas. Pero debo explicarte el por qué de esta decisión tan brusca. Para resumir las historias en pocas palabras debo decir que estoy un poco cansado de las historias largas, para mi mala fortuna siempre ha sucedido de la misma manera: Conozco a una chica que me interesa, entonces intento acercarme a ella de manera amistosa hasta poder tener la confianza para expresarme; normalmente toma más tiempo del planeado, ya sabes que el más mínimo error puede arruinar todo el trabajo de uno o de varios años...
El caso es que al final la chica se queda con un chico, que por supuesto no puedo saber ni el trabajo que le costó, entonces por azares del destino me confieso sin saberlo o de plano sabiendo que ya no queda de otra. Y entonces recibo la respuesta que más duele, y que también para ahorrarme el discurso largo es básicamente la misma; "si me lo hubieses dicho antes hubiésemos intentado algo. Está de más decir que es una respuesta más dolorosa que un no, y duele más porque poniéndolo en términos burdos "Tenías algo que no sabías que era tuyo hasta que lo perdiste".
Como verás, lo único que intento con esta extraña confesión es poner las cosas en claro, no busco otra cosa más que una oportunidad para conocer a alguien que me llama la atención, no sé lo que surgirá de todo esto. Si es una relación bien, si es una amistad también, siempre he estado abierto a esas posibilidades y creo que descubrirlas a la vez es un reto que me encanta.-
Respiró hondo y movió la cuchara de plata que estaba dentro de su café, mientras miraba el cielo nublado. Entonces murmuró para sí mismo.
- Ahora estoy seguro que es eso lo que le diría...-
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