Hay algo de lo que me molesta hablar casi siempre,y no es por que en esencia no me guste, sino por que simplemente no soy bueno en ello. Afortunamente hace mucho tiempo me di cuenta que era malo para ese tipo de cosas; como si la selección natural hubiese decidido que esa habilidad no fuera para mi. Desde que tengo uso de razón mi mamá ha hecho todos mis trabajos manuales y mi papá todos los que involucran algún tipo de herramientas, creo en cierto modo que estoy condenado a depender de los especialistas en ello.
Por algún motivo Dios decidió castigarme con ese tan extraño caso, al igual que en los deportes, pero eso es otro tema. A decir verdad no soy fanático de hacer manualidades pero hay algunas que llaman mi atención, para pasar el rato, para hacer un lindo detalle a alguien o para hacerme algo a mi mismo, sin embargo el resultado cuando lo intento siempre es el mismo... Un fracaso.
El diccionario define las manualidades como un trabajo llevado a cabo con las manos, sin ayuda de máquinas, me tomé tan enserio aquello de las manualidades que comencé a intentarlo por todos lados... Tarjetas de cumpleaños, felicitaciones de aniversarios, cartas enviadas a la chica. Un sin número de trabajos, todos no entregados, porque aunque dice el dicho que "la intención es lo que cuenta" para mi la estética también dice mucho acerca de nosotros; es así como abandoné de una vez por todas las posibilidades de hacer algún tipo de ella o incluso de siquiera intentarlo...
Un buen día me decidí a buscar una manualidad en la que pudiera ser lo suficientemente bueno, o cuando menos quedara conforme con el resultado... Después de un par de años buscando, aún no lograba encontrar eso algo que pudiera hacer y con lo que estuviera contento... Fue en la madrugada de un buen día del mes de diciembre, cuando el vídeo de una pianista dio el último empujón para decidirme a escribir por primera vez, fue algo tan genuino y tan mío que lo conservé y desde ese entonces me dediqué y me juré hacerlo cada vez mejor...Había encontrado en lo que era bueno, había encontrado algo que hacer con las manos y con las que no necesitaría una máquina, o cuando menos no en esencia, había encontrado por fin lo más cercano a la manualidad; pero sobre todo me había encontrado a mi mismo haciendo eso... Desde entonces me dediqué a escribir para mi y para los demás, sabiendo lo riesgoso que puede ser esto.
Más de 70 entradas después, aun sigo empeñado en hacer lo mejor que puedo...
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