El hombre caminaba a paso firme. La gente aglomerada en la estación era bastante. El hombre flaco y viejo, de cabello castaño portaba un traje, unos zapatos café y un pequeño maletín. Se dirigió hacia hacía la entrada. Saludo al guardia, caminó a la sala de espera y se sentó en las pequeñas sillas, llevaba con él un periódico lo abrió y leyó detenidamente la primera plana. “Balacera deja 5 muertos”. Pasó la página, sonrió levemente y continuó ojeando, después de unos minutos miró su reloj y se levantó. Se encaminó a la salida, pasó junto al guardia, le dedicó una sonrisa. El guardia le respondió de igual modo . Una vez afuera, apresuró el paso. Dentro, el guardia se percató de un pequeño maletín junto a una banca vacía. Tomó el maletín y marchó fuera del edificio, a lo lejos podía ver a aquel hombre viejo y de cabello castaño, corrió entre el tumulto de gente con el único fin de alcanzar a aquel señor, cuando al fin lo hubo alcanza...