Siempre es extraño decirle adiós a algo o a alguien que ha tocado tu vida, nadie nunca se plantea esos pensamientos hasta que, por razones que desconocemos, la vida nos pone en esas situaciones y entonces terminamos reflexionando acerca de lo que ha sucedido justo cuando acaba de pasar. La vida es así de tranquila y de inesperada, tan reflexiva como las situaciones nos lo permitan ser, al parecer es un día normal, lunes 7 am, un despertador suena y despierta a la familia, afuera un murmullo y el canto de los pájaros parece hacer efecto en nosotros; abrimos los ojos. Hoy el cuarto es un desastre, entre basura, regalos, maletas y ropa el cuarto parece desordenado. Recuerdo haberme levantado para desayunar, prendí la computadora a eso de las 8:25 de la mañana, entre el ajetreo había olvidado que mi hermano había salido a llevar a papá al trabajo. Revisé mis correos electrónicos en busca de tareas asignadas de último momento pero no logré encontrar nada, salvo las ofert...