Una cerveza siempre es buena para pensar y estando entre amigos siempre es mejor, la barrera entre lo banal y lo significante es la indiferencia. Es más simple de decir que de comprender pero de lo que trata la vida es de banalidades. De banalidades tan grandes que terminamos haciéndolas complejas. Buscamos respuestas debajo de las piedras, interpretamos o malinterpretamos gestos y actitudes, nos comunicamos o creemos hacerlo y sobre todo buscamos sentido a nuestra vida. Lo curioso que pasa con el ser humano es que es tan inteligente que se complica la vida. O quizá es tan estúpido que cree ser un erudito de la vida. Lo cierto es que todos sabemos nada acerca del todo. Viviendo y conviviendo, viviendo del mundo y no en él. Peleando por cosas aparentemente sin sentido, insultando y rebajándonos por simples pedazos de papel, llorando por aquello que no logramos comprender o que mal comprendemos. Haciéndonos bolas y recriminándonos por lo que debería ser. En esenci...