Aquellos días locos de la juventud que uno suele disfrutar a lado de una buena compañía; al parecer esos días han quedado atrás para mi. Vuelvo los recuerdos hacia los años pasados; parecen tan lejanos mis días de secundaria. Ciertamente no han pasado ni 10 años, pero todo parece tan extraño... Tan fuera de mi mismo, tan poco yo. Es normal cuando ves la vida en retrospectiva, aprendes de los errores o confirmas tus desgracias, es esa parte inevitable del ser humano; eso que la gente llama madurar. Todos llevamos una parte con nosotros que nunca cambiará y por la que seremos reconocidos a lo largo de nuestra vida. Esa que nos hace reconocibles inclusive después de no haber visto a alguien en muchos años. Esa esencia de la que sólo algunos están conscientes y que otros se empeñan en negar para encajar en círculos que ellos mismos odian. Es curioso cómo se viven los 14 de febrero después de que has madurado... La gente se amontona en las plazas, al parecer hay más glob...